viernes, 27 de noviembre de 2009

LOS CANTOS DE LOS NIÑOS (Antonio Machado)

Yo escucho los cantos
de viejas cadencias
que los niños cantan
cuando en corro juegan
y vierten en coro
sus almas, que suenan,
cual vierten sus aguas
las fuentes de piedra:
con monotonías
de risas eternas,
que no son alegres,
con lágrimas viejas
que no son amargas
y dicen tristezas,
tristezas de amores
de antiguas leyendas.
En los labios niños,
las canciones llevan
confusa la historia
y clara la pena;
como clara el agua
lleva su conseja
de viejos amores
que nunca se cuentan.
Jugando, a la sombra
de una plaza vieja,
los niños cantaban...
La fuente de piedra
vertía su eterno
cristal de leyenda.
Cantaban los niños
canciones ingenuas,
de un algo que pasa
y que nunca llega:
la historia confusa
y clara la pena.
Seguía su cuento
la fuente serena;
borrada la historia,
contaba la pena.

jueves, 19 de noviembre de 2009

CANCIONCILLA (Emilio Ballagas)

Cada cosa tiene un pulso:
Pon la mano en su latido.
Cada cosa dice algo:
acerca humilde el oído.
Poema de la ele
Tierno glú-glú de la ele,
Ele espiral del glú-glú.
En glorígloro aletear:
Palma, clarín, ola, abril…
Tierno la-le-li-lo-lú,
Verde tierno, glorimar…
Ukelele… balalaika…
En glorígloro aletear,
libre, suelto, saltarín,
¡tierno glú-glú de la ele!.

domingo, 15 de noviembre de 2009

LA MAESTRA RURAL (Gabriela Mistral)

La maestra era pura. «Los suaves hortelanos»,
decía, «de este predio, que es predio de Jesús,
han de conservar puros los ojos y las manos,
guardar claros sus óleos, para dar clara luz».

La maestra era pobre. Su reino no es humano.
(Así en el doloroso sembrador de Israel.)
Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano
y era todo su espíritu un inmenso joyel!

La maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!
Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.
Por sobre la sandalia rota y enrojecida,
era ella la insigne flor de su santidad.

¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso,
largamente abreviaba sus tigres el dolor.
Los hierros que le abrieron el pecho generoso
¡más anchas le dejaron las cuencas del amor!

¡Oh labriego, cuyo hijo de su labio aprendía
el himno y la plegaria, nunca viste el fulgor
del lucero cautivo que en sus carnes ardía:
pasaste sin besar su corazón en flor!

Campesina, ¿recuerdas que alguna vez prendiste
su nombre a un comentario brutal o baladí?
Cien veces la miraste, ninguna vez la viste
¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!

Pasó por él su fina, su delicada esteva,
abriendo surcos donde alojar perfección.
La albada de virtudes de que lento se nieva
es suya. Campesina, ¿no le pides perdón?

Daba sombra por una selva su encina hendida
el día en que la muerte la convidó a partir.
Pensando en que su madre la esperaba dormida,
a La de Ojos Profundos se dio sin resistir.

Y en su Dios se ha dormido, como en cojín de luna;
almohada de sus sienes, una constelación;
canta el Padre para ella sus canciones de cuna
¡y la paz llueve largo sobre su corazón!

Como un henchido vaso, traía el alma hecha
para dar ambrosía de toda eternidad;
y era su vida humana la dilatada brecha
que suele abrirse el Padre para echar claridad.

Por eso aún el polvo de sus huesos sustenta
púrpura de rosales de violento llamear.
¡Y el cuidador de tumbas, como aroma, me cuenta,
las plantas del que huella sus huesos, al pasar!

jueves, 12 de noviembre de 2009

EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO (Federico García Lorca)

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay cómo lloran y lloran,
¡ay!, ¡ ay!, cómo están llorando!

martes, 10 de noviembre de 2009

LA ROSA (Hermanos Álvarez Quintero)

Era un jardín sonriente;
era una tranquila fuente
de cristal;
era, a su borde asomada,
una rosa inmaculada
de un rosal.
Era un viejo jardinero
que cuidaba con esmero
del vergel.
Y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro
para él.
A la orilla de la fuente
un caballero pasó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.
Y al notar el jardinero
que faltaba del rosal,
cantaba así, plañidero,
receloso de su mal:
- Rosa, la más delicada
que por mi amor cultivada
nunca fue;
rosa la más encendida,
la más fragante y pulida
que cuidé;
blanca estrella que del cielo,
curiosa de ver el suelo,
resbaló;
a la que una mariposa,
de mancharla temerosa,
no llegó.
¿Quién te quiere? ¿Quién te llama
por tu bien o por tu mal?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en el rosal?...

ROMANCITO PRIMERO (Poemas para niños)

Román es un niño ariqueño. Tierno y dulce.
En su homenaje le he puesto yo el nombre a este Blog...

ROMANCITO PRIMERO

Hijo de dos poetas. Gran casualidad.

En este espacio, obviamente, me veré en la obligación de publicar textos dedicados a los niños.

Grande este ROMANCITO PRIMERO.

Un día diremos su nombre completo de esa criatura de sol y de dulzura.

Bienvenido Ud. a ROMANCITO PRIMERO.

Ya empezaremos a publicar aquí textos -reiteramos- de y sobre niños.

José G. Martínez Fernández.
Martes 10 de noviembre. 16, 20 horas.
Santiago de Chile.