Tira niño, tira la pelota
bien alto,
que te la atrape
ese gigante que está delante de ti,
que no tiene manos para atajarla
que no tiene pies para devolvértela,
que no tiene ojos para ver por donde pasa.
Y que está dispuesto dejarte crecer
en su ancha falda temeraria
encubierta de corazones blancos.
jueves, 9 de enero de 2014
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