sábado, 7 de febrero de 2015

RESTAURANTE ALUCINANTE (Juan Guinea Díaz)


Restaurante Alucinante, ¿qué quieren desayunar?
Para las brujas tenemos zumo de niña estrujada
con pastel de ojos risueños y cabezas despiojadas
de niños desobedientes que no paran de llorar.

Pasen, pasen, vengan todos
y prueben nuestros manjares,
se acabó el pasar las horas
buscando niños vulgares:
¡Restaurante Alucinante
se los cocina al instante!

Restaurante Alucinante, ¿Cuántos son para almorzar?
Recomiendo al señor Lobo nuestro guiso de cerdito,
o la lasaña rellena de abuelita y corderito
con dedos de niña buena, ¡Un exquisito manjar!

Pasen, pasen, vengan todos
y prueben nuestros manjares,
se acabó el pasar las horas
buscando niños vulgares:
¡Restaurante Alucinante
se los cocina al instante!

Restaurante Alucinante, ¿han venido a merendar?
A los ogros aconsejo el batido de Princesa,
o bracitos de bebé en salsa de chocolate.
Y si quieren algo vivo para llevarse al gaznate,
tenemos siete enanitos atrapados por sorpresa.

Pasen, pasen, vengan todos
y prueben nuestros manjares,
se acabó el pasar las horas
buscando niños vulgares:
¡Restaurante Alucinante
se los cocina al instante!

Restaurante Alucinante, niños, niñas, ¡A cenar!
Podéis salir a la calle, ya no tenéis que escondeos:
Las brujas, lobos y ogros, y demás villanos feos
han caído en nuestra trampa ¡Ya no os van a molestar!

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